MERECIDA DISTINCIÖN

MERECIDA DISTINCIÖN

HOMENAJE

HOMENAJE

SUS DISCIPULOS

SUS DISCIPULOS

SOÑANDO CON OTRO CRACK

SOÑANDO CON OTRO CRACK
Ramón Maddoni en la tribuna con una promesa infantil

viernes, 24 de abril de 2009

EL NIÑO Y LOS PRIMEROS PASOS


“NO IMPORTA DONDE SE NACE, IMPORTA QUE Y DONDE SE APRENDE… Y CON QUIEN”

Seguramente cualquier padre de países futboleros como el nuestro, y aún antes de los primeros pasos, habrá puesto al alcance de su pequeño hijo algún objeto redondo, con forma de pelota, esperando ansiosamente su reacción. Y que alegría seguramente le habrá dado, la aceptación del juguete por parte del niño, mucho más si en el intento de aproximación utiliza los pies. Ese momento sublime, digno de la posteridad, puede ser el principio de una vocación en el niño y con seguridad el comienzo de un sueño del padre.

Esa temprana relación con la pelota, podrá ser estimulada, pero no obsesiva ni excluyente. Como todo niño, querrá probar con otros juguetes, hasta podrá interesarse por alguna muñeca… ¡No alarmarse!…es perfectamente natural, seguramente y transcurridos algunos años, querrá tener su propia muñeca de carne y hueso.

Sin pretender incursionar en detalles relativos a la educación y formación personal del niño, ya que todos sabemos reconocer la importancia de una familia bien constituida, y de las enseñanzas impartidas en ese ámbito durante los primeros años. Es conveniente seguir los cursos normales de sanidad, alimentación y educación, propios de ese mismo ámbito.

Alcanzados los 5 ó 6 años de edad, y con indicios de una vocación incipiente, se podrá avanzar en el aprendizaje del fútbol como diversión y entretenimiento.

Tal vez en ese momento y a la par del comienzo de su educación escolar, convenga iniciar alguna actividad física acorde con su edad y posibilidades.

Si el fútbol moviliza su interés, habrá que pensar en el lugar apropiado para practicarlo y que muy bien puede ser alguna escuela de fútbol infantil, que por su prestigio, trayectoria y dirección, garantice la idoneidad necesaria.

Todo proceso de aprendizaje requiere información previa del niño.

• Revisación médica y autorización para la actividad deportiva en general.
• Correcta relación edad – peso – estatura.
• Correcta capacidad torácica.
• Hábitos alimentarios correctos.
• Temperamento.
• Limitaciones.


Y ahora sí… Vamos a la escuelita de fútbol y al encuentro del técnico y los profesores.

“LA HABILIDAD SE ADQUIERE CON LA DEDICACION TEMPRANA, SI TEMPRANA ES LA VOCACION”

El sedentarismo en los niños deteriora el organismo.

El deporte en los niños mejora todas las capacidades, la salud, la creatividad, su autoestima, su belleza física, su espíritu de colaboración y camaradería, y su rendimiento en general.-





LA ESCUELITA DE FUTBOL

ALGUIEN DIJO ALGUNA VEZ: “NO HAY UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA LA PRIMERA IMPRESION”

EL ENCUENTRO

Es un momento trascendente y fundamental. Porque ese primer encuentro del niño con el Técnico definirá los términos de la relación futura.

De tal modo que será lo más acogedora, amistosa y cordial posible y exenta de toda rigurosidad.

Esto generará una buena relación con sus nuevos compañeros y creará vínculos de confianza con el Técnico.

Porque es imprescindible que el discípulo crea en su maestro, ya que éste comenzará a influir en su futura forma de vida, a través de estímulos, motivaciones y objetivos nuevos para él.

“LA VERDADERA SABIDURIA...ES LA DEL QUE SABE TRANSMITIRLA”


APRENDER JUGANDO
PRIMEROS ENSAYOS

Comenzar con juegos de conjunto, con pelota, para detectar su vocación y condiciones predominantes, en clima de sana alegría.

1) Ofensivo ó Defensivo
2) Diestro ó Zurdo
3) Arquero ó Jugador de Campo

Definida su inclinación, posicionarlo en el sector del campo de juego, aportándole
indicaciones sobre su comportamiento con la pelota, o en el recupero de la misma. Al mismo tiempo darle nociones del reglamento (No utilizar manos y brazos, ni brusquedad).

PRIMERAS EXIGENCIAS

Si bien se debe ser riguroso con todos los aspectos éticos y morales, y en el cumplimiento de: Horarios, disciplina, colaboración, respeto mutuo, etc. Es conveniente contemplar con menos grado de exigencias, aquellos que demanden esfuerzos prematuros o desproporcionados a su edad y condición física.
Todo ejercicio deberá ser autorizado por personal Técnico-Médico capacitado, para que no ofrezca riesgos sobre el desempeño futuro por lesiones u otros problemas.
“NADIE DEBE CONFORMARSE
CON LO HECHO AYER”
La dedicación y los entrenamientos, es lo que permitirá mejorar y lograr los más altos objetivos de aptitud y rendimiento en cada etapa.-
LA PLANIFICACION

Es el ordenamiento metódico de conceptos básicos fundamentales para cada etapa de la vida deportiva y sus diferentes objetivos.

ETAPA INFANTIL

Edad de los juegos: de 4 a 7 años.

Edad del aprendizaje elemental: de 7 a 10 años.
ETAPA JUVENIL


Edad de la iniciación intensiva del aprendizaje – competición: de 10 a 14 años.

Nociones de alta performance: de 14 a 17 años.

ETAPA PROFESIONAL

Alta performance: de 17 años en adelante.-

ETAPA INFANTIL

UN SUEÑO INTERMINABLE

UN SUEÑO INTERMINABLE

Hace mucho tiempo ya, algo más de medio siglo, nació en mí un sentimiento que aún hoy conservo, ese irresistible deseo de darle a la pelota, pisarla, dominarla, adivinar el pique, en aquel potrero del barrio, donde junto a mis hermanos Raúl y Tatín, en el “Ciclón de Jonte”, comenzamos nuestro idilio con la de “cuero”, y que mucho antes había sido de “trapo”, y luego la “Pulpo” de “veinte” y la de “cuarenta”…siempre soñando con la de “tiento”.

Y cómo olvidar aquellas alpargatas desflecadas… Que a veces no soportaban ni una batalla. ¿Qué otra cosa eran, aquellos enfrentamientos con nuestros vecinos de barrio? Batallas que se dirimían con las únicas armas de que disponíamos en cantidad…la picardía de Raúl, la habilidad de Tatín…y mis ánsias de ganar.

Y así fruto de tantos entreveros, con triunfos gloriosos y derrotas con disculpa, fui acumulando recuerdos y anécdotas de aquel difícil tiempo, y que forman hoy gran parte de mi capital de trabajo. De aquel tiempo de tabaco prematuro y pantalones largos tardíos, de potreros con pedregullo y añoranza de césped, de pelotas con tiento que en el barro parecían de plomo, de botines como zuecos y medias con agujeros, de meniscos incurables y de escasos consejos oportunos.

Porque lamentablemente todo lo indebido, fue lo que privó a mis hermanos y a mí, y a tantos otros talentos del potrero, llegar a triunfar en el césped de un estadio.

Y entonces comenzó otra etapa, esta vez desde el “tablón”, con la pelota picando lejos, pero desde donde comenzamos a reconocer y admirar un estilo de juego al que nosotros adheríamos…El buen trato a la pelota.

Hasta que un día… ¡Un milagro!… ¡Lo máximo!, aquel purrete de apenas 15 años, con el que nos sentíamos identificados porque hasta se nos parecía físicamente, y a quien vimos crecer de la mano de Francisco Cornejo, debutaba en la Primera de Argentinos Juniors, nuestro club del barrio, el de los bichos colorados de La Paternal.

Y allí estuvimos nosotros… ¿Cómo no estar?…Si era uno de los nuestros, que nos representaba con aquellos argumentos en los que nos reconocíamos.

Y el milagro se hizo realidad, allí estaba él, con la casaca que Tatín pudo haber usado, o Raúl, o yo, o tantos otros.

En poco tiempo, demostró lo que todos intuíamos y esperábamos. Y su éxito sería el nuestro, y su gloria nos llenaría de honor. Si hasta cuando tomaba la pelota en el campo de juego, parecía hacer lo esperado, como obedeciendo a nuestras indicaciones, y de pronto… Lo inesperado coronado en gol… ¿Cuándo el gol adquirió la dimensión que él le dió?… Si hasta nos hizo llorar de emoción, de alegría, dar gracias a Dios por regalarnos su existencia.

Todavía recuerdo la desazón que nos embargó a todos cuando supimos que en aquel Mundial del 78, no sería de la partida. Tal vez alguien pensó que su juventud no le reconocía experiencia.

Por fortuna igual resultamos campeones del mundo. Pero él fue por la revancha, y años más tarde, hasta los ingleses, inventores del fútbol, se rindieron ante el genio.

Aquel gol memorable, antológico, obra de arte incomparable, donde confluyeron la música y el ballet, la fuerza y la elegancia, el desparpajo del potrero… ¿Y por qué no?... ¡Malvinas!, donde él pudo haber estado y de donde no regresaron tantos de su misma edad.

Su revancha fue la nuestra, la de todos, y con aquel gol nos dejó su obra cumbre, su mejor legado.

Pero el mundo quiso conocerlo, y él fue a su conquista, y con él fue nuestro arte, nuestra ciencia, nuestro orgullo. Y el mundo supo de Argentinos por él, por su magia.

El ya no juega, nos quedan los testimonios fílmicos y los recuerdos, algunos amargos y tristes que tiñeron su vida, de los que públicamente se arrepintió y que también nos dejó como testimonio de lo indebido.

Pero su arte seguirá vigente, porque mientras conservemos el fuego sagrado encendido, mientras una pelota rodando despierte el interés de un niño, el fútbol será siempre parte de nuestra vida.

Sí, mi vida es el fútbol, y Dios generoso me premió sobradamente. Porque ¿Qué mejor recompensa pude haber tenido?, que ver cristalizadas mis expectativas, y disfrutar viendo hoy en actividad profesional y dispersos por el mundo, a aquellos chiquilines que me fueron confiados para iniciarlos y formarlos en el molde de la fina técnica y los secretos del buen trato a la pelota.

Sí, cada niño representa una semilla especial de características distintas, y lograr con ellos formar un equipo homogéneo y solidario, es mi aspiración máxima. Y en pos de ese objetivo trabajamos hoy, los que aprenden y los que orientamos. Porque no hay una semilla que no dé frutos si germina en el ámbito propicio y en el momento oportuno.

El fútbol reinventa su magia día a día en los sueños que cada niño fabrica cuando inicia su idilio con una pelota.

Sé que mi trabajo es un sueño interminable, que comienza con aquel purrete que llega solito o de la mano de sus padres, con la esperanza de convertirse en estrella. Esperanza a la que me sumo en cuanto percibo en él esos rasgos distintivos que alguna vez caracterizaron a Raúl, Tatín y Diego, y que luego reconocí en Fernando Redondo, Silvio Rudman, Christian Trapazo, Diego Cagna, Leonel Gancedo, Juan Pablo Sorín, Nicolás Diez, Diego Placente, Pablo Rodríguez, Román Riquelme, Mariano Herrón, César La Paglia, Pablo Islas, Federico Insúa, Esteban Cambiasso, Fabricio Coloccini, Nicolás Medina, Julio Arca, Carlos Marinelli, Walter García, Carlos Tévez, Gabriel Peñalba, Hugo Colace, Fernando Gago …Y tantos otros que brillan hoy en el firmamento del fútbol.

Pero que nadie crea que todo fue fácil. No hay logros sin esfuerzos, sin sacrificios, sin compromisos.

Parte del secreto de obtener buenos resultados, consiste en lograr que el esfuerzo resulte lo más placentero posible, y conseguir motivar sin frustrar. Porque esa materia prima inagotable y tan delicada que son los niños, desarrollarán sus virtudes en mejores condiciones, si los conducimos en principio… Despaciosamente... Suavemente… Dulcemente, sin dejar de lado la disciplina y el respeto debido.

Nuestro premio es el privilegio enorme de llegar a disfrutar el placer de ver que la semilla sembrada ha dado su fruto.-

sábado, 18 de abril de 2009

ANECDOTAS Y COMENTARIOS

ANECDOTAS Y COMENTARIOS DE FUTBOL

De

Néstor Castaño

Gran parte de mi vida ha transcurrido influenciada por ese fenómeno apasionante que es el fútbol en nuestra República Argentina. Desde la temprana edad de 5 años en que, por la década de los 40, se produjo mi llegada al barrio de Floresta, el fútbol comenzó a formar parte de mis actividades y desvelos, ya que resultaba el principal entretenimiento juvenil de esos tiempos.

La gran disponibilidad de potreros en la zona, muchos de ellos devenidos canchas de fútbol, permitía que allí dirimieran sus habilidades con la pelota los también numerosos clubes del barrio. Banderín, Federal, Iguazú, Monte Castro, Terremoto, eran algunos de los que convocaban a los talentos futbolísticos de entonces.

Fue en ese ámbito donde años después llegué a saber de Ramón Maddoni, primero viéndolo jugar, y luego, cuando las circunstancias lo permitieron, convirtiéndolo en un amigo entrañable.

Esa relación de cercana amistad con Ramón, y a partir de su inicio en la actividad futbolística docente en el Club Parque, es lo que me ha permitido conocer intimidades y secretos de la misma.

Algunos de esos conocimientos se han transformado a través del tiempo en interesantes anécdotas o simples comentarios que he tratado de hilvanar, a veces desordenadamente, tal como surgen del recuerdo.-

Néstor Castaño

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viernes, 17 de abril de 2009

De Floresta a la Boca . . .



No es casual que “Francis” y “Chango” hayan tenido éxito en el arte de descubrir y formar jugadores juveniles de destacable talento futbolístico.Francis Cornejo, descubridor y formador del máximo exponente futbolístico del siglo XX: Diego Maradona, además de Jorge Coch, Fernando Redondo, Sergio Batista, Borgui y Fren, en las inferiores de Argentino Juniors.
Ramón “Chango” Maddoni, descubridor y formador de Juan Pablo Sorín, Diego Placente, César Lapaglia, Román Riquelme, Esteban Cambiasso, Federico Insúa, Carlos Marinelli, Fabricio Coloccini, Carlos Tévez, Fernando Gago, (su última joya), y muchas otras promesas de cracks asomando en el Club Parque.Ambos se conocieron mucho antes de esos logros. Francis, jugando para el Club Iguazú en San Blas y Gualeguaychú, en Floresta, inició su trayectoria de formador de cracks infantiles aprovechando la enorme cantidad de pequeños futbolistas que surgían en el barrio, donde abundaban los potreros y las canchas y donde cada esquina estaba representada por un equipo de fútbol, con sus correspondientes prestigios en conjuntos de once y de Baby Fútbol: Banderín, Terremoto, El Ciclón de Jonte, Federal, Mitre, C.A.N.B.A., Floresta, Nelson, Cervantes, Imperio, Combinados, Pacífico, Gimnasia, Miranda, Splendid, Canillitas, Misiones, Once Argentinos, Charleston, Sportman, etc., eran una inagotable cantera de pequeños talentos.
“Mordisquitos”, fue uno de ellos, lo dirigía “Francis” y lo integraba el “Chango” Maddoni, infaltable en él, porque tenía esa pasta de crack que “Francis” había aprendido a reconocer. Por eso lo llevó a jugar a Argentinos Juniors donde dirigía a los juveniles.
Esa forma de entender el fútbol que Francis Cornejo puso en marcha, también hizo carne en José Batista primero y en Ramón Maddoni después, en el Club Parque y en Argentinos Juniors, de donde surgieron más de 150 cracks producto de la misma fórmula.
La fórmula sigue vigente, Ramón Maddoni no la abandona, le incorpora día a día algunos retoques fruto de viejos recuerdos y nuevas experiencias.
Hoy, en su trabajo con infantiles en el Club Parque, cuenta con el apoyo del Club Boca Juniors que con su Comisión Directiva a la cabeza, y que adhiere a la misma fórmula, garantiza la continuidad del trabajo de formación en las etapas juveniles.
La “Bombonera” los espera en la Boca, con sus tribunas repletas, vestidas de azul y oro, sus cánticos, su fervor, su aplauso, ávidos de disfrutar del resultado de aquella vieja pero eficaz fórmula.-

miércoles, 15 de abril de 2009

El maestro y sus discípulos




















Ramón Maddoni disertando en el Club Parque

Festejo en el Club Social Parque







R. Maddoni y colaboradores con promesas infantiles en el gimnasio José Batista (En homenaje al pionero del fútbol en el Club Parque).
G. Rodriguez




E. Insúa, G. Rodriguez, F. Gago, G. Cabrera y su padre...un padre inteligente.

Nicolás Diez...una promesa precoz F. Insúa y F. Gago con Gotta, promesa juvenil.







Ramón Maddoni en la tribuna...soñando con un nuevo crack.

CLUB SOCIAL PARQUE

CLUB SOCIAL PARQUE

El Club Social Parque fue fundado el 25 de mayo de 1949, siendo inicialmente su principal actividad deportiva el básquetbol, hasta que en la década de los años 60, Don José Batista le imprime con su entusiasmo y dedicación, un fuerte impulso a la práctica del fútbol.

Sus hijos Norberto, Sergio (Campeón del Mundo en 1986) y Fernando, muestran el grado de fervor puesto en esa tarea.

A partir de ese impulso inicial, la práctica del fútbol infantil comenzó a adquirir una dimensión tan importante como semillero de cracks, que un club vecino, Argentinos Juniors comenzó a recoger el fruto de tan valiosa cosecha.

Más de 150 jugadores formados inicialmente en el Club Parque, llegaron a la primera categoría del fútbol profesional, y una importante cantidad recorren el mundo con reconocido éxito.

En el año 1995 el Club Parque fue separado de la FAFI, (La liga del fútbol amateur), a raíz de la enorme superioridad de sus equipos, que en todas las categorías resultó campeón.

A partir del 1° de agosto de 1996, se inicia un nuevo ciclo; comienza a funcionar un Convenio de Colaboración entre el Club Parque y su Presidente el Señor Armando Malich y el Club Boca Juniors presidido por el Señor Mauricio Macri, donde se establece la continuidad y complementación de trabajo entre las dos instituciones. Estando la parte económica a cargo de Boca Juniors.

El grupo de trabajo en el Club Parque funciona bajo la Dirección Técnica del Señor Ramón Maddoni, con su equipo de colaboradores.



Estos son algunos de los jugadores que pasaron por el Club Parque en tránsito a la fama…

Categoría 60: Diego Armando Maradona (Durante una suspensión jugó en la Liga de Fútbol de Salón para el Club Parque resultando campeones).

Categoría 61: Norberto Batista – H. Castello – G. Cerdán – W. Trione

Categoría 62: Sergio Batista – Caruso Lombardi

Categoría 64: F. Anselmo

Categoría 65: Fermín Valenzuela – C. Mayor – Aníbal Biggeri – D. Guerra

Categoría 66: J. Infantino – Raúl Maradona – J. C. Sotelo – G. Medina

Categoría 67: O. Langone - A.Cudos -D. Irala Sarabia

Categoría 68: O. Rios - J. Galli - D. Monardi - G. Pitáis - M. Romano - F. Jiménez – F. Tallarico

Categoría 69: F. Cáceres – Silvio Rutman – Fernando Redondo – H. Maradona – H. Castielo – D. Segovia – G. Marino – G. Tesitore – J. Janín

Categoría 70: Diego Cagna – Javier Netto – C. Trapasso – F. Batista – Juan Docabo

Categoría 71: Leonel Gancedo – Cristian Dollberg – J. Alonso

Categoría 72: Cristian Traverso

Categoría 73: Walter Paz – Mauricio Tarico

Categoría 74: Cristian Zamarten – N. Lauría Calvo

Categoría 75: Raúl Zanzotti – Leonardo Más

Categoría 76: Juan Pablo Sorín – A. Grande – Marcelo Trapasso – G. Caiafa – Sebastián Pena

Categoría 77: Diego Placente – Nicolás Diez – Diego Markic – Pablo Rodriguez


Categoría 78: Mariano Herrón – N. Cambiasso – Román Riquelme – E. Ruíz - C. Ledesma

Categoría 79: César La Paglia – Pablo Islas – Daniel Islas

Categoría 80: Esteban Cambiasso – Federico Insúa

Categoría 81: Julio Arca

Categoría 82: Carlos Marinelli – J. Fabro – Nicolás Medina – Fabricio Coloccini

Categoría 83: Pablo Bárzola – Gastón Machín – Jonás Gutiérrez – L. Pisculichi

Categoría 84: Hugo Colace – Walter García – Carlos Tévez – P. Alvarez – M Silvestre – Gabriel Peñalba – Matías Caruzzo – Nicolás Pareja- Matías Córdoba

Categoría 85: Mauro Boselli – Víctor Ormazabal – Julio Barroso – Gustavo Oberman – Gonzalo Prósperi

Categoría 86: Luís Escalada – S. Coronel – Fernando Gago – E. Fusco – L. Díaz – H. Cerdán

Categoría 87: M. Cahais – L. Viatri – M. Tripodi – L. Ponfil – F. Acosta – E. Cerda – N. Fernández – M. Navarrete – M. Torres – J. García

Categoría 88: S. Nayar – N. Gaitán – M. Palavecino – R. Álvarez

PROMESAS JUVENILES

Categoría 89: G. Cabrera – G. Rodríguez - Emiliano Insúa – M. Scaparoni – A. Alfonso- D. Drocco – S. Vidal – L. Aguirre

Categoría 90: G. Sauro – M. Rafaele - I. Ramírez - M. Cañete - C. Erbes- D. Santagatti - C. Colazo- R. Kuszco

Categoría 91: M. Suárez - C. Podestá - Emanuel Insúa - A. Pérez - B. Fistori - D. Achucarro - C. Limousin – J. Chaparro – I. Ramírez – S. Unrein

Categoría 92: N. González – S. Araujo – M. Aubone – L. Genaro - M. Tímpano – L. Meza – L. Guaycochea – C. Álvarez

Categoría 93: A. Aguirre – R. Vitello - N. Zárate – J. Castillo – G. Escalante – F. Mazurek – J. Rodríguez - G. Guerra

Categoría 94: B. Galván – F. Tanoni – M. De Mare – M. Padilla – S. Cisnero – F. Celeste – L. Paredes – F. Castro

Categoría 95: C. Aguirre – R. Cabrera – I. Colman – F. Di Franco – Y. Romero

Categoría 96: M. Goell – M. Romero – J. Sánchez – N. Pinto – F. Cristaldo – A. Cubas – I. Leszczuk – R. Antúnez – N. Barreto - L. Suarez

lunes, 13 de abril de 2009


- ¡HOLA! … ¿CON EL CLUB PARQUE?…

Cuando el Sr. Aimé Jacquet, Director Técnico del equipo de fútbol campeón del mundo en Francia 1998, en un viaje por Sud América, llegó a la República Argentina en el año 2001, sabía que se encontraba en la patria de Carlos Gardel, y que Buenos Aires era la cuna del tango. Pero también sabía que el fútbol, era nuestra pasión y nuestro orgullo, y que existía en la ciudad un reducto famoso por sus productos de primera calidad en la preparación de jugadores precoces.

Por tal motivo tenía en sus planes de visita, el de conocer y tratar de develar los secretos del legendario “Club Parque”, famoso en Europa por su producción, pero poco conocida su forma de obtenerlos.

Guiado por José Farías, que había desarrollado gran parte de su actividad deportiva en Francia y que también oficiaba de intérprete, llegó a la sede del Club Parque con la curiosidad y expectativa de encontrar un complejo deportivo proporcionado a la fama de los jugadores de allí surgidos.

Grande fue su asombro al recorrer las pequeñas dimensiones del club. No podía creer que con tan sencillos y limitados elementos a la vista, se pudieran lograr tantos y tan buenos resultados.

Cuando Ramón Maddoni, Director General del Fútbol Infantil del Club Parque y Boca Juniors, le mostró como iniciaban la práctica del fútbol los pequeños de 6 o 7 años de edad, rápidamente comprendió que la principal diferencia con Francia, era que allá se comenzaba a los 9 o 10 años.

Del cambio de opiniones, surgió también la conclusión, de que los pequeños de 6 o 7 años son grandes imitadores de sus mayores y se esfuerzan por emularlos.

Una prueba irrefutable de esa conclusión, es que a partir de la aparición de Sergio “Checho” Batista (Cat . 62), que bajo la supervisión y asesoramiento de su propio padre, (Don José Batista, pionero en el Club Parque del fútbol infantil) y que llegó luego a campeón del mundo en 1986, surgieron siempre con el Nº 5 en la espalda: Fernando Redondo (Cat.69), Román Riquelme (Cat. 78), Esteban Cambiasso (Cat.80), por sólo mencionar a los más notorios y que parecen forjados en el mismo molde.

El Sr. Aimé Jacquet, Director Nacional de Seleccionados de Fútbol de Francia, se fué convencido de las bondades del sistema implementado en el Club Parque para elaborar futbolistas de calidad, y con el firme propósito de difundirlas en Francia, no sin antes invitar a Ramón Maddoni a visitarlo en su lugar de trabajo, y poder seguir intercambiando ideas tendientes a obtener los mejores resultados, en esa tarea de lograr fabricar genios del toque y la gambeta

Mientras nosotros nos disponemos a disfrutar de un nuevo Nº 5 de la misma cantera: Fernando Gago (Cat. 86), que a los 18 años debutó en la primera división de Boca Juniors con excelente y promisorio desempeño.

Los próximos los podremos pedir por teléfono, como se pide una pizza por delibery:
!Hola!…¿Con el Club Parque?… “¡Marche un Nº 5!”.-
UN SUEÑO AZUL Y ORO

En sus años juveniles, Jorge siempre alentó un sueño: el de jugar en el fútbol profesional y llegar a vestir la camiseta de Boca Juniors, el club de sus amores. Jorge, jugaba muy bien al fútbol; fue un excelente y recordado puntero del famoso “Banderín” del barrio de Floresta y también tuvo destacada actuación en juveniles de All Boys; pero debió conformarse con sólo eso, el sueño en azul y oro quedó trunco para él.

Años más tarde, y con mucho tablón boquense transitado, aquel sueño volvió a renacer, cuando su pequeño hijo de clase 1980, comenzó a mostrar su vocación deportiva en el Club Gimnasia de Vélez Sarfield, donde hacía los primeros palotes futboleros, de su mano.

Algunos memoriosos del barrio, entre los que me cuento, no olvidamos aquel día en que el pequeño, de apenas 8 ó 9 años, participaba en un encuentro de Baby Fútbol de su categoría en el Club Gimnasia. En un momento del partido, el pichón de crack, resolvió con gran calidad una alternativa del juego: al recibir un pase aéreo de un compañero, paró con elegancia la pelota con el pecho y sin que tocara el piso, sacó un imponente zurdazo que terminó en la red del equipo rival. Fue en ese momento que un espectador irrumpió en el campo de juego, se acercó al pequeño jugador y lo felicitó efusivamente tendiéndole la mano, en una distinguida y ceremoniosa actitud, poco común en el fútbol para festejar un gol. Aquel diplomático espectador no era otro que Jorge, el padre de la criatura, que nuevamente veía renacer su sueño.

Cuando Ramón Maddoni, por entonces director técnico del Club Parque, le sugirió la idea de llevarlo con él, Jorge no lo pensó dos veces. Conocía a Ramón desde la infancia, sabía de sus cualidades humanas y técnicas y de la importancia que significaba participar en el ámbito de excelencia futbolística del Club Parque, que aseguraba la continuidad en Argentinos Juniors de los productos de su inagotable cantera: Diego Maradona, Sergio Batista, Fernando Redondo y muchos otros consagrados, constituían un poderoso estímulo para todos los sueños de fútbol.

Esta vez, y con la experiencia adquirida, Jorge se propuso no fallar; se convirtió en colaborador de Ramón en el Club Parque. La famosa “horca”, donde los pequeños aprendían a cabecear, lo tuvo de incansable e infaltable encargado, mientras seguía de cerca la ascendente carrera de su hijo.

Y así el viejo sueño comenzó a convertirse en realidad. Los genes paternos, la sabia mano de Ramón, el apoyo de sus condiscípulos de entonces, todos promesas de crack: Juan Pablo Sorín, Diego Placente, Nicolás Diez, Pablo Rodríguez, Román Riquelme, César Lapaglia, Esteban Cambiasso, etc., formaban un ambiente propicio y estimulante, al que tampoco le faltó la fe religiosa de Jorge, que siempre invocaba la protección divina en sus actuaciones. Peregrinaciones familiares a Luján y cientos de paquetes de fideos donados para el comedor de la iglesia San Ramón, nos tienen de testigos de cumplidas promesas.

Aquella carrera futbolística no tuvo interrupciones: Argentinos Juniors a los 17 años en primera; Independiente campeón en 2002 a los 22 años; el Málaga de España en 2003 y nuevamente Independiente en 2004, siempre mostrando notorios progresos en su desempeño.

Ya convertido en ídolo de los diablos rojos, que hasta se dieron el lujo de derrotar a Boca Juniors con una actuación inmejorable del “Pocho”, tanto que hasta fue convocado por Pekerman para el seleccionado nacional.

Con el comienzo del año 2005, Papá Jorge vio amenazada su ilusión azul y oro, que aún mantenía, por la ola de rumores que daban al “Pocho”, un día con destino a Rusia, otro, aseguraba su vuelta a España, y hasta de Turquía aparecieron interesados y firmes compradores de su pase.

Pero Jorge, cuya fe religiosa no lo abandonaba, redobló sus ruegos. La Virgen de Luján, San Ramón, y la Virgen Desatanudos, lo vieron con frecuencia pasar por sus santuarios implorando por el destino boquense del “Pocho”, siempre provisto de abundante cantidad de fideos.

Alguien puede creer en el azar, otros dirán que la llegada del Coco Basile como director técnico, de Diego Maradona como coordinador, y la recomendación de Ramón Maddoni, forzaron al presidente Mauricio Macri a romper la alcancía.

Lo cierto es que “El Pocho” debutó en Boca Juniors, con el Nº 10 en la casaca, el mismo que antes lucieron con gloria Maradona y Riquelme, con gran disgusto rojo y algunas dudas boquenses.

Pero Papá Jorge, sus íntimos, y yo, creemos firmemente en los santos milagrosos, por eso seguimos rogando y agradeciendo.
Nuestros ruegos evidentemente fueron oídos. “El Pocho”, no solo se convirtió en ídolo de Boca Juniors, sino que terminó el 2005, año del centenario del Club, festejando ese aniversario, la recopa, la conquista de su campeonato profesional Nº 21, y la copa Sudamericana.

Yo en lo personal, sigo tratando de convencer a mi amigo Jorge sobre la conveniencia de incursionar en la fabricación de fideos, rubro que tan buenos resultados le ha dado para concretar su viejo sueño azul y oro.-


EL GRAN CAPITÁN CON EL MAESTRO
UN PEQUEÑO DIAMANTE ZURDO


Corría el año 1983. Aquel atardecer de primavera, Walter regresaba a casa luego de haber andado todo el día a bordo de su destartalado R4. Había recorrido media ciudad visitando clientes, pero el resultado no era alentador. La venta de repuestos estaba muy difícil, por eso el había comenzado a incursionar en otra actividad totalmente distinta, que hasta le quitaba el sueño en algunas oportunidades, aunque en otras le permitía soñar. Aquella actividad consistía en organizar y dirigir una escuelita de fútbol infantil, tarea que por entonces, el fenómeno “Maradona” había impulsado fuertemente. También la demanda de futbolistas juveniles desde Europa se hacía sentir; el nivel de los sueldos en el fútbol se había elevado a cifras increíbles y las competiciones infantiles comenzaban a edad cada vez más temprana.

El Club Alba, de J. V. González y Marcos Sastre, le había encargado a Walter la organización del fútbol infantil y su escuelita. Tarea nada fácil, ya que a menos de cinco cuadras de distancia, el Club Parque monopolizaba casi toda la actividad futbolística infantil del barrio; y que además aseguraba la continuidad en Argentinos Juniors, de donde surgieron valores tales como: Sergio Batista, Silvio Rutman, Fernando Redondo, Diego Cagna, Leonel Gancedo, Cristian Traverso y otros. Pero había algo que Walter capitalizaba a favor y era la amistad que lo ligaba a Ramón Maddoni, que junto a José Batista, dirigían el fútbol en el Club Parque, y que solía asesorarlo, y en algunas ocasiones, hasta le facilitaba jugadores para completar los equipos en torneos donde Parque no participaba.

Envuelto en esos pensamientos se encontraba entonces Walter, cuando al llegar a la plaza de Mercedes y M. Cervantes, reparó en un pequeño que jugaba con una pelota. Le llamaron la atención las maniobras que el chiquilín realizaba con precisión, haciendo jueguitos que denotaban una habilidad precoz y su condición de zurdo.

Walter dudó poco, se acercó al pequeño, que estaba acompañado de su padre, le preguntó su edad: 7 años; si integraba algún equipo: No; si vivía en el barrio: tampoco. El padre respondió la requisitoria mostrando poco interés. No obstante Walter insistió; estaba acostumbrado a insistir. Recordó que necesitaba completar los equipos de infantiles para intervenir en el próximo torneo. La invitación a integrarlo, una tarjeta del Club Alba, y un intercambio de teléfonos, cerró aquel encuentro.

El siguiente contacto fue telefónico; Walter les reiteró la invitación a conocer el club y a participar en una práctica, al pequeño. Entre los argumentos, le deslizó la idea de probarlo de wing izquierdo, sabiendo que la posibilidad de hacer goles entusiasma a los niños.

El argumento resultó bueno; padre e hijo, se hicieron presentes el día de la práctica. El pequeño zurdo mostró su habilidad, su empeño y su vocación goleadora, destacándose notoriamente de sus pares.

La alegría de Walter por el hallazgo era muy grande, pero no alcanzaba para resolver el problema de fondo, que era, cómo integrar los equipos de las diferentes categorías. Le faltaban 30 jugadores de distintos puestos y edades.

Fue entonces, que se le ocurrió pedirle nuevamente a Ramón los jugadores necesarios para integrar todos los equipos. Claro, que para congraciarse, le comentó que tenía un pequeño diamante en bruto que estaba dispuesto a ceder a cambio, si obtenía lo que necesitaba.
Ramón Maddoni y José Batista asistieron a una práctica en la que participaba el pequeño zurdo.

El resultado fue que Walter solucionó su problema, Ramón le cedió 35 jugadores. El pequeño diamante zurdo se fue con Ramón.

La dificultad mayor fue para Ramón, que tuvo que convencer al pequeño zurdo, que el puesto que mejor se adaptaba a sus condiciones era el de marcador. El niño contestó que sólo lo aceptaría con una condición, que le permitiera hacer goles, porque eso era lo que más le gustaba. Ramón aceptó la condición. Aquel pequeño zurdo se llamaba Juan Pablo Sorín… Y siguió haciendo goles.

CARLOS TÉVEZ

CARLOS TEVEZSinónimo de “Habilidad”, “Potencia” y “Agresividad” en el mejor sentido de la palabra.

Cuando lo vi. por primera vez, corría el año 1993. Percibí entonces que estaba ante un jugador distinto, y solo tenía 9 años. Cuando lo volví a ver, pensé que no me había equivocado y traté de convencerlo de venir a Argentinos Juniors donde yo era D.T. de inferiores. Me contestó, que él, era hincha de Boca…

Cuando pasé a trabajar en Boca Juniors, pude convencerlo…y no me equivoqué.-

Participó y ganó en los siguientes torneos:

Torneo Apertura 2003 (Boca Juniors)

Copa Libertadores 2003 (Boca Juniors)

Copa Intercontinental 2003 (Boca Juniors) en Japón.

Copa Sudamericana 2004 (Boca Juniors)

Torneo Olímpico 2004 en Atenas (Arg.)

Brasileiräo 2005 (Corinthians)

Premier League 2008 (Manchester Unt.)

Champion League 2008 (Manchester Unt.)

Mundial de Clubes 2008 (Manchester Unt.

Premier League 2009 (Manchester Unt.)

FA Cup 2011 (Manchester City)

Ramón Maddoni

VISITANTES ILUSTRES

Ramón Maddoni recibe afectuosamente, retribuyendo atenciones, a pequeños ilustres visitantes de Japón, que llegan con curiosidad al Club Parque, a conocer la cuna de tantos ídolos del fútbol argentino. Guiados por Gustavo Ortega, que junto a su padre Jorge Ortega, ex integrante del seleccionado Argentino, dirigen en Japón un importante emprendimiento futbolístico juvenil que promueve además, el intercambio cultural de los amantes del fútbol y futuras estrellas de ese deporte entre nuestros países.-


domingo, 12 de abril de 2009



“LO QUE EL FUTBOL
SE LLEVO”


¿Y tu hermano por qué no viene?…
¡Está practicando básquet!…

La pregunta la formulaba Ramón Maddoni; la tajante respuesta la daba Nicolás Cambiasso, un pequeño de 11 años que hacía sus primeras armas como arquero en el Club Parque, bajo la atenta y vigilante mirada de Ramón y que habitualmente concurría acompañado de su hermanito menor, un precoz mediocampista del Baby Fútbol.

Corría el año 1989, Ramón Maddoni, director técnico de fútbol infantil del Club Parque, estaba acostumbrado a sortear toda clase de inconvenientes y dificultades para integrar sus equipos de fútbol.

El Club Parque, estaba acrecentando su prestigio de semillero de cracks iniciado por José Batista, y Ramón no estaba dispuesto a dejar que ese habilidoso y elegante rubio de 9 años, al que veía con condiciones que le recordaban a las que en su momento mostrara ese lujoso jugador llamado Fernando Redondo, lo abandonara para practicar básquet.

¡Decile a tu hermano que quiero hablar con él!- … Fue lo primero que a Ramón se le ocurrió responderle, mientras pensaba en los argumentos que utilizaría para que Esteban, a quién apodaban “Cuchu”, regresara a los entrenamientos de fútbol.

Convencerlo no fue tarea fácil. Los argumentos del lado del básquet eran tan buenos como los que daba Ramón para el lado del fútbol. Su figura espigada, prometía una futura altura propicia para encestar. Su habilidad con ambas piernas y su buena estatura para cabecear, eran atributos aptos para el gol.

Pero el gol en el fútbol definió la controversia. Resultaba a todas luces más emotivo que una encestada.

Por suerte los argumentos de Ramón fueron más convincentes y Esteban “El Cuchu”, volvió a los entrenamientos y a intentar hacer goles.

Seguramente el básquet perdió a un futuro gran jugador. Pero nosotros los amantes del fútbol podemos disfrutar del placer de verlo con la celeste y blanca lucir su prestancia en los campos de juego de todo el mundo… Y siempre haciendo goles.

¡Gracias Ramón!…¡Gracias “Cuchu”!… ¡Perdonen los amantes del básquet!-

CUANDO LA FAMA NO ES CUENTO

“CLUB PARQUE”
(Cuando la fama no es cuento)

Es un hecho reconocido en el mundo, que el fútbol es el más popular de los deportes. Infinita cantidad de razones lo determinan. El fútbol despierta pasiones, que se acentúan al amparo de divisas distintivas, entre competidores que dirimen en un campo de juego, algo más que el control y destino de una pelota. Toda clase de rivalidades…barriales, nacionales, e internacionales, adquieren en el fútbol una dimensión de enorme magnitud, no detectada en ningún otro deporte de competición.
El afán de prevalecer sobre los distintos competidores ha permitido que en su trayectoria evolutiva, se hayan intentado toda clase de argumentos estratégicos. En Europa, la fuerza, la velocidad, y la marca, fueron características casi comunes. En América, si bien inicialmente se imitó esa forma de juego, fue luego modificándose, hacia una manera más sutil, privilegiando la habilidad en el trato a la pelota. Argentina, Brasil y Uruguay, comenzaron a transitar por ese camino.
Los resultados ya no se discuten. El ingrediente de habilidad que antes percibían solamente los concurrentes a los estadios, lo reconocen hoy en las pantallas de T.V., millones de personas del mundo entero. Las genialidades de Pelé, de Maradona, de Francéscoli, tienen estado público y aprobación generalizada.
El efecto movilizador de esas notables apariciones no se hizo esperar. Argentina, Brasil y Uruguay son los proveedores más importantes de jugadores habilidosos.
En Argentina tenemos el privilegio de contar con enorme cantidad de materia prima, como son los niños dispuestos a correr tras una pelota, abundancia de potreros, y excelentes maestros.
El Club Parque, que nació en 1949 con vocación basquetbolística, fue virando hacia la práctica del fútbol infantil de la mano de Don José Batista, un verdadero pionero y maestro en la actividad, cuya influencia no sólo fue exitosa con sus propios hijos, Norberto, Sergio (campeón del mundo con Argentina en 1986) y Fernando, sino que perdura en el tiempo. Ramón Maddoni tomó la posta, y con igual entusiasmo, dedicación, experiencia personal y estudio, ha logrado posicionar al Club Parque a la cabeza de los semilleros futboleros infantiles.
La cantidad y calidad de los jugadores aportados al fútbol nacional e internacional es la prueba más contundente. Más de 200 futbolistas formados en el Club Parque llegaron a la primera categoría del deporte profesional.
Jugadores de la talla de Checho Batista, Fernando Redondo, Diego Cagna, Leonel Gancedo, Cristian Traverso, Juan Pablo Sorín, Diego Placente, Román Riquelme, César Lapaglia, Esteban Cambiasso, Federico Insúa, Fabricio Coloccini, Carlos Tévez, Fernando Gago, entre otros, han acrecentado la fama del Club Parque, más allá de nuestras fronteras.
El mundo, que no permanece indiferente al desarrollo alcanzado en Argentina por el fútbol infantil y juvenil, muestra su curiosidad por esa prolífica producción.
Entre los visitantes más ilustres al Club Parque, en busca de develar sus secretos, figura el Sr. Aimé Jacquet, D.T. del equipo Francés, campeón del mundo en 1998 y que fue recibido afectuosamente por Ramón Maddoni, con quien entabló una promisoria relación que tuvo su correlato cuando Jacquet recibió a Maddoni en Francia, para seguir intercambiando experiencias mejoradoras, que siempre se logran…“Cuando la fama no es cuento”.-

Saber esperar

EL QUE ESPERA… DESESPERA


Mis abuelos paternos, solían mencionar esa frase del refranero español, en cuanta circunstancia advertían mi ávido intento de lograr tempranamente satisfacer algún deseo propio de un niño, por ese entonces, de 4 o 5 años de edad. Como ante aquella impaciente espera, en vísperas del día de reyes; cuando por fin, y supuestamente atentos a mi deseo de tener un triciclo, en mérito a mi buen comportamiento, con promesas en el mismo sentido para el futuro; los esperados Reyes Magos hicieran lugar al pedido reiterado en previas cartitas.
Desde entonces, y hasta el presente, aquellas palabras aparecieron en mi vida cada vez que el apuro por obtener algún logro, me quitara el sueño.

En una oportunidad, hace ya algunos años, me tocó presenciar una curiosa situación: Se disputaba un partido de fútbol infantil. Uno de los participantes, de categoría 1986, procedía del Club Parque que dirigía Ramón Maddoni, también D.T. de divisiones inferiores de Boca Juniors, y de quién yo era invitado.

En el banco de suplentes, estaba Fernando, aquel mediocampista delgaducho, desesperando por participar del juego, ya que en algunos partidos anteriores, tampoco había actuado.

Aquel día los padres de Fernando, preocupados por la reiterada no actuación de su hijo, decidieron al fin del partido, conversar con Ramón sobre la posibilidad de que Fernando pasara a otra institución para seguir jugando, ya que aparentemente no era tenido en cuenta.

Ante ese planteo familiar, Ramón, hombre de pocas palabras, pero didáctico y sentencioso como ninguno, contestó con una pregunta: ¿Ustedes quieren que Fernando juegue en novena división o que juegue en primera? La respuesta fue obvia… ¡Jugar en primera! ¡Entonces!...dijo Ramón: ¡Sepan esperar!-

Ese día, Ramón me recordó a mis abuelos. Pero nunca aquel proverbio resultó tan eficaz como en el caso de Fernando Gago, que luego de llegar a jugar en la primera división de Boca Juniors y convertirse en ídolo de su hinchada con sus apenas 20 años, viste en la actualidad la blanca casaca del Real Madrid, y la celeste y blanca de la selección Nacional Argentina, trayendo a la memoria a Fernando Redondo, aquel otro exquisito producto del Club Parque, donde la sabiduría de Ramón Maddoni sigue dando tan buenos resultados.
Siempre teniendo en cuenta aquel viejo refrán que transmitían mis abuelos: - “El que espera…desespera”.- “Pero el que sabe esperar”…





AYER ALL BOYS HOY EL MANCHESTER


QUE LUJURIA DE TALENTO